Un equipo aburrido y sin ideas
La crisis no es solo de falta de gol. Es fundamentalmente de fútbol, de falta de creación. El Real Valladolid se ha convertido en un equipo aburrido y que denota una muy preocupante falta de recursos cuando tiene la posesión del balón. En Zorrilla ha conseguido disimularlo, pero lejos de casa empieza a ser un dolor verle jugar. Dos puntos de quince logrados es muy poco y solo la incapacidad manifiesta de todos los que vienen por detrás a la hora de ganar partidos permite a los de Sergio disfrutar aún de un margen interesante de tranquilidad pero que puede verse seriamente amenazado si no mejoran las actuaciones futuras del equipo blanquivioleta.
Creo que del bache actual saldrá el Valladolid, pero me preocupa la sensación generalizada de conformismo existente. Urge una reacción y que todos, directivos, técnicos, jugadores y aficionados demuestren más hambre y se conviertan en más exigentes. El ejemplo del Girona del año pasado puede venir muy bien. Tras una excelente primera vuelta, una segunda muy floja le hizo descender. No hay nada logrado. No veo, ahora, esa necesidad de querer ganar en el Valladolid que sí vimos todos en muchas fases de la temporada anterior. Veo a un entrenador que duda y a unos jugadores que rinden por debajo de su nivel. Faltan ideas y hay que echarle más ganas. El camino actual no puede llevar jamás a buen puerto.