Real Madrid, ahora te toca a ti
Antes del Clásico había marcado en el calendario otros dos clásicos. Que el Barça pinchase en San Sebastián era previsible (me remito a sus resultados en Anoeta de la última década) y que el Madrid se juega media Liga esta noche en Mestalla era algo que teníamos muy claro antes de la gran batalla del 18-D. La primera parte del trato ya se ha cumplido con creces. Odegaard tocó el violín y una cantada de Ter Stegen permitió que el madridismo se fuese a dormir con el sueño de aterrizar en el Camp Nou como líderes en solitario.
Dependemos de nosotros mismos. Cierto que nos espera un Valencia encorajinado y fortalecido tras su hazaña del Amsterdam Arena. Pero ha llegado la hora de pedirle al Madrid que no sufra más gatillazos después de los pinchazos del Barça. En los últimos tiempos ha ocurrido varias veces y ha resultado frustrante, pero este Madrid del último mes y medio me ofrece muchas garantías y alta fiabilidad.
Para empezar, si yo fuese Zidane hoy sacaría de titular a Casemiro. Especular es de cobardes y Zidane siempre fue un valiente, en el campo y fuera del mismo. No hay que pensar en lo que va a venir y sí en lo que viene. Casemiro es inteligente y maduro y sabrá administrarse con la ayuda de Valverde para hacer frente a Parejo y compañía. La alerta amarilla existe, lo sé. Pero hay que jugar con grandeza y pensando en cosas positivas, sin miedo a las consecuencias de tu valor a la hora de afrontar el juego. Si yo fuese un jugador del Madrid, sólo imaginaría sumar tres puntos de oro y la presión psicológica que eso metería al Barça, al verse abocado a un triunfo desesperado el miércoles, sabiendo que podría correr el riesgo de salir trasquilado y quedarse a cinco puntos antes del parón navideño... Además, para el Madrid hay un añadido emocional que le daría más grandeza a un posible triunfo. Con 29 horas menos de descanso que los azulgrana, eso sería como decir públicamente: "El Madrid sí está preparado para luchar contra los elementos".
Eso sí, máximo respeto por un Valencia que en los últimos años nos ha quitado más de una Liga, especialmente en el Bernabéu. Son competitivos y ni siquiera las bajas minimizarán su entusiasmo actual. Pero el Madrid tiene delante de sus ojos la posibilidad de firmar cuatro días de gloria. Déjenme soñar despierto. Imagino hoy un triunfo con un gran tanto de Benzema y otro el miércoles en el Camp Nou con un golazo de Vinicius. Que nadie me despierte, por favor.