Orgullo de Guerreras
He coincidido dos años con esta generación, cuando era la embajadora de las Guerreras, e intuía que el éxito iba a llegar por el esfuerzo y trabajo que ponía. Me acuerdo cuando Ainhoa Hernández debutó con España, que era una jovencita que atacaba, y que ahora se ha convertido en un muro defensivo con Lara González. No quiero ni debo personalizar el éxito de esta Selección en ninguna jugadora, porque el éxito es que todas suman. Si una no tiene el día aparece otra para hacerlo, pero sí me sirve de ejemplo todo el esfuerzo de la pivote de Barakaldo para poner en valor la necesidad de dar su tiempo a las jóvenes.
He sido madre durante el Mundial, pero no me he perdido ningún partido aunque haya podido transmitir mis nervios a Laia, mi bebe. Es que estas Guerreras me llenan de orgullo y es inevitable encender el televisor. Lo que hace Silvia Navarro es de monumento, o lo de Alexandrina, o lo de Nerea Pena. Están en la final de un Mundial, la primera; y todo esto es un trabajo enorme por nuestro deporte, el español en general y el balonmano en particular.