João Félix sienta sus reales

Dos penaltis le hicieron falta al Atleti para abrir el marcador ante el Lokomotiv, como si quisiera certificar lo que todos decimos: que su problema es el gol. El primero llegó en el 2’, cuando Morata le metió un buen balón a João Félix, que fue arrollado por la torpe salida de Kochenkov. El propio João Félix se aprestaba a tirarlo cuando apareció Trippier, le requisó el balón... y lo falló. En el 17’ llegó el segundo, una mano. De nuevo João Félix con el balón. Ahora el que se le acerca es Koke, dizque con el recado de Simeone de que lo tirara Morata. Pero el menino se hizo el sueco. Como el que oye llover, se quedó ahí y marcó con una serenidad pasmosa.

Esa forma de jugársela refleja que está decidido a coger su destino en sus manos, aun a costa de desoír a Simeone. Ya ha conseguido jugar donde su naturaleza le pide, por detrás del delantero. Parece que Simeone desiste de su intención de colocarle en una banda, pero de lo que no desiste es de su hábito de cambiarle antes de que acabe el partido. Ayer le relevó una vez más, en el 80’. Hay un pulso soterrado entre estos dos personajes, que acabarán por entenderse, pero desde luego João Félix está dispuesto a defender el estatus para el que fue fichado: el de estrella talentosa, no el de pisabandas voluntarioso. Ayer se apuntó un tanto.

Pero el tanto gordo se lo apuntó el Atleti, que pasó el apuro. No tanto apuro pensarán muchos tras ver este Lokomotiv, que se fue directamente de vacaciones tras el choque, pero los que hemos visto desde la Vojvodina y el Timisoara hasta el Qarabag sabemos que todo es posible en estas noches atléticas. Al gol de João Félix se sumó otro en la segunda mitad, buen remate de Felipe en un córner corto, y a eso se resumió la cosecha. El Atlético está entre los 16 mejores de Europa una vez más, pero la inquietud ante el gol no desaparece. Su juego convincente mereció un resultado más bonito, pero sigue siendo avaro con los goles.