Gato. Pajarito. Lukazo
Lanzados. Desde Ipurua, el Madrid vive un saludable cambio climático ahora que se va a celebrar en la capital la Cumbre Mundial sobre la materia. Zidane sigue con su brillante gestión de sus Recursos Humanos y el equipo vuela, juega con entusiasmo, alta fiabilidad y mucha pegada. Hace dos meses, un accidente como la mala cesión de Ramos a Courtois, que dio pie al 0-1, se habría convertido en una montaña imposible de escalar. Pero el equipo reaccionó como si nada hubiera pasado, jugó con la verticalidad que llevaba tiempo buscando el técnico y disfruta del estado de gracia de ese pequeñín que es un gigante con el balón en los pies: Luka Modric. El croata ha sabido dosificarse para llegar a tope a uno de los momentos cumbres de la temporada (en los próximos 25 días tendremos el Madrid-PSG, el Valencia-Madrid y el Clásico del Camp Nou). Con Modric en modo Balón de Oro (su golazo del 3-1 es para enmarcar), el Madrid se subió a los lomos de su talento para ir buscándole las cosquillas a una Real Sociedad magnífica que jamás cambió su libreto. Ni con 0-1 dejó de buscar la portería de Courtois. Pero estando Hazard iluminado y Benzema reeditando la película Esplendor en la hierba, los blancos fueron encontrando las respuestas hasta dibujar una remontada incontestable. Buenos tiempos para la lírica madridista.
El corazón. Benzema aprovechó la asistencia de Modric para poner las tablas "con el corazón", como narró Antonio Romero en El Carrusel. En realidad golpeó la pelota con su pectoral, logrando impulsar el esférico con una potencia inusual. Benzema lleva 10 goles en Liga y se consolida en el Pichichi. Está enchufado y vigoroso como si tuviese 23 años. El Gato está contagiando al equipo con su estado de nirvana. Allez Karim!
Ojo al uruguayo. Ya les contamos el otro día que la dupla Casemiro-Valverde en el once titular es sinónimo de éxito. Ellos han blindado la Sala de Máquinas y ponen un muro difícil de perforar para el enemigo. Valverde ya es un titular consagrado con Uruguay. Y en el Madrid el cartel de meritorio ha pasado a mejor vida. A su eficacia en la recuperación y conducción va uniendo el descaro en ataque. De su remate, tras cesión del iluminado Modric, llegó el 2-1. El Pajarito sigue creciendo. U-RU-GUA-YO.
Odegaard volverá. El noruego está testado de sobra y en el Bernabéu dejó unas maravillosas pinceladas de lo que podrá hacer en este mismo escenario cuando se consume su Operación Retorno. Ojalá sea el próximo verano, aunque el chaval y el club donostiarra pedirán un segundo curso de Erasmus junto a la maravillosa Playa de La Concha. Odegaard, aunque no tuvo su mejor noche, dejó aroma de gran futbolista. Esta es su casa.
Optimismo generalizado. Ni siquiera la entrada de Bale al campo, acompañada por la inevitable música de viento, evitó que el ambiente se enturbiase en torno al equipo. El Bernabéu es sabio y aunque al galés le acompañaron los pitos cada vez que tocaba la pelota, finalmente se ganó algunos aplausos con su magnífico desempeño en los 25 minutos que estuvo sobre el verde. El martes apunta a titular ante el PSG de Mbappé, Neymar y compañía. Para ese día son optimistas las Peñas de Olite, Rincón de Soto, Azagra, Arnedo, ‘Sentimiento Vikingo’ Ciudad de Lepe, Iluro de Mataró, ‘Los Panciverdes’ de Bedmar (Jaén), Cuellarana, Los Ángeles (su presidente Stewart Wolfenson es un madridista irreductible), Galve de Sorbe (Guadalajara), Maracena (Granada), Terrassense (Barcelona) y Plaza Market (Almería). ¡Sois muy grandes!