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La vieja sospecha sobre Llorente y Herrera

El dúo. La coyuntura empuja a la titularidad a Marcos Llorente y Herrera, de irregular trayectoria ambos en sus primeros meses como jugadores rojiblancos. No le queda otra a Simeone que tirar de ellos en una visita comprometida por la condición futbolística del Granada. El recuerdo del partido de Mendizorroza, donde el Atleti también formó con Llorente y Herrera en el medio, emborrona las expectativas de éxito de una pareja a la que le falta tiempo de cocción. El punto de partida no fue el acertado y el exmadridista acabó sustituido en el descanso.

La inseguridad. La desconexión entre ambos fue la tónica en las cuatro fases del juego. Se jugó a lo que quiso el Alavés, con Manu García y Wakaso imponiéndose en la medular con mayor intensidad y mejor colocación. A nivel defensivo, en el 1-4-4-2 de Simeone, soportaron dificultades en la basculación y sin disponer nunca del control en los rechaces. Con su habitual 1-4-2-3-1, el Granada presenta un estilo similar al Alavés, con mucho brío por las bandas —apenas 14 ataques por el centro—, que forzará a los centrocampistas rojiblancos a realizar coberturas fuera sin perder de vista el interior. Aunque Herrera toma una altura mayor que Llorente y presiona más arriba, el Atleti necesita de su compenetración posicional para no agrietarse. En el Granada también prevalece la idea de buscar a Soldado con envíos directos. Llorente no se puede alejar en exceso de los centrales con el propósito de proteger esa zona. Los de Diego Martínez suman futbolistas en la segunda jugada en un ejercicio enérgico. Por el contrario, a Llorente se le puede aclarar el panorama en esta labor al ser el Granada un conjunto con poca eficacia en los pases interiores, aunque el regreso de Montoro recompone esta carencia creativa. Es el tipo de entrega que tanto le cuesta defender al medio centro atlético al saltar a la presión sin gestionar lo que deja atrás. Su voluntad individual y capacidad física resultan incuestionables, pero su conocimiento táctico sigue bajo sospecha.

La construcción. Tampoco salieron fortalecidos Llorente y Herrera en la dirección del juego en Vitoria. El Atleti se perdió por la lentitud en la circulación de balón y quedó plegado a la agresividad del Alavés. El Granada se extiende en un bloque medio muy activo, con jugadores siempre preparados para anticipar y acudir al robo en duelos individuales. Llorente debe ser cuidadoso en el giro, efectivo y rápido en los pases y administrar bien cuándo mandar el balón a los costados. El Granada se siente cómodo en la presión en las bandas, una cualidad que obligará a los medios del Atleti a elegir correctamente las aperturas. A la vista de los precedentes, Llorente y Herrera se emplearon con demasiada timidez en los desplazamientos verticales y negaron con esta actitud un avance firme a su equipo. En Granada se espera una versión más afinada de ambos, la que aguardaba el Atleti cuando decidió incorporarlos.