Ya vale con Bale

Hay preguntas que cansan como viejos chistes. Hay temas de debate que se repiten tanto que, al final, aburren a las ovejas. Uso este refrán muy español porque justamente las ovejas son una especialidad muy típica de Gales, el país de Gareth Bale. Por supuesto, mi reflexión de hoy se centra en el delantero que se ha convertido en el (casi) único interés del madridismo. Confieso, y asumo, que me he dejado llevar por lo de la bandera, por el "Gales. Golf. Madrid", que he escrito un artículo en mi periódico francés, L'Équipe, y que he hablado de la ola de indignación en mi radio, RMC. Sin embargo, me parece extraño, e incluso peligroso, que Bale acapare tanto la actualidad del Madrid sin ser el mejor jugador del club y sin tener pinta de serlo nunca. Quiero subrayar que sin el galés en el campo, el club blanco acaba de meterle seis goles al Galatasaray y cuatro al Eibar. Menos mal que Zinedine Zidane no se deja perturbar por los desplantes del 11 madridista ni por los efectos de estos tanto en los medios como en la opinión pública.

Al entrenador francés no se le pasa por la cabeza sancionar de forma alguna al futbolista ni dejar de aprovechar lo poco o lo mucho que esté dispuesto a ofrecer al equipo. El pragmatismo del míster manda en su forma de trabajar. Si deportivamente Bale merece jugar… ¡pues jugará! Sea cual sea el orden de unas palabras escritas en una bandera.