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Cazorla puso en pie al Carranza

Malta se llevó su ración de goles, no tantos como cuando entonces, pero sí los bastantes para expresar la distancia de su fútbol con el español. Una distancia que nos hace desear una vez más que de una vez por todas se estratifique el fútbol europeo en categorías y nos evitemos estas largas cuan ininteresantes fases de clasificación. Si Malta jugara en una categoría inferior, tendría el estímulo de ascender de categoría, compitiendo entre iguales. Así, no puede a aspirar más que a perder por los menos goles que sea posible. Ya se ha experimentado en la Liga de Naciones, y fue bien.

El problema es que extenderlo a esta fase de clasificación le costaría votos a Ceferin, y... Así que lo que queda ante noches así es disfrutar con los goles que caigan, que en este caso fueron siete, de otros tantos autores distintos. Entre ellos, dos debutantes, Pau Torres, que lo hizo a los 59” de salir, y Olmo, que ‘se demoró’ dos minutos. El público de Cádiz disfrutó de lo lindo en la segunda parte (la primera fue más espesa) cuando Malta se derrumbó y España llegaba en cada ataque. Y no se olvidó de acoger con clamores las pocas intervenciones de Pau López, casi todas con el pie y fuera del área.

Pero más allá de anécdotas, el partido nos dejó la exhibición de Cazorla, que mientras estuvo en el campo manejó los hilos del partido, con despliegue, habilidad y sabiduría. En torno a él, todo fueron buenas noticias. En una noche fácil, desde luego, pero en la que todos pusieron emoción competitiva. Esta Selección maneja un abanico muy abierto de jugadores, y salvo Sergio Ramos y si acaso Busquets y Jordi Alba, no hay titularísimos. Este partido ha sido, como será el de Rumanía, un concurso de méritos, y puede decirse que todos lo tomaron en serio. Con ese espíritu se construye un equipo.