Hecatombe histórica de La Rojita... sin Ansu Fati

Es una pena y una injusticia que la aventura de la Sub-17 acabara de manera tan sonrojante ante Francia en el Mundial. El año que ha vivido esta buena generación ha sido fantástico, peleando por Europeo y Mundial, pero el borrón con el que los de David Gordo cierran su paso por la categoría será difícilmente reparable. Yo, de hecho, no recuerdo una derrota tan dura en categorías inferiores en las últimas décadas. Sólo la puedo comparar con la eliminación en los Juegos de Londres a manos de Honduras, un traspié de mucha más relevancia aquel aunque también con un resultado mucho menos abultado.

No es cuestión de buscar culpables, señalar a los que fallaron o ahondar en los aspectos en los que se fracasó. España fue un juguete para los potentes futbolistas franceses, fantásticos, todo sea dicho de paso. Especial mención para Aouchiche, menudo pelotero. Había que vigilar sus contragolpes y su poderío a balón parado y sin embargo se encajaron tres goles en córners y el equipo no paró de correr hacia atrás. Tampoco David Gordo supo reaccionar en el banquillo.

Ante semejante varapalo lo que ahora viene a la cabeza es la decisión de la FEF de no llevar a Ansu Fati al Mundial para convocarlo con la Sub-21. ¿Sobraba en este equipo? ¿No le venía bien a su generación natural? ¿Acaso Francia no convocó a sus mejores futbolistas, incluidos Auochiche y Mbuku que ya han debutado en PSG y Rennes en la Ligue 1? Ni siquiera se valoró la opción que usó Inglaterra en 2017 con Jadon Sancho al llevarlo para apenas tres partidos. Un Mundial es un Mundial. Para todos. También para Ansu Fati...