Baño de realidad de Francia
España fue muy inferior y se marcha del Mundial en cuartos con una goleada muy dolorosa. Valera marcó el primer gol, pero fue solo un espejismo.
Francia ha sido la mejor selección del torneo hasta el momento y lo fue también contra España. Pocas excusas sirven cuando el rival te supera con tanta claridad de principio a fin. Parecieron hombres contra niños. Lo peor, no obstante, no es que fueran mejores. Lo peor es que La Rojita les dejó ser mejores sin emplear sus armas.
Con el talento de España, la única manera de contrarrestar a una selección tan física como la francesa es yendo al ataque. Si esperas, te matan. El ejemplo más claro fue la primera mitad de Pedri. El canario era el jugador de más talento que había sobre el campo y se pasó los primeros 45 minutos persiguiendo al lateral de su banda. Las pocas luces en la primera mitad aparecieron cuando él la tocó en campo rival y fueron muy pocas. "La mejor defensa es un buen ataque", dijo David Gordo en la previa. Por eso mismo, la mejor manera de que Pedri defendiera a su lateral era atacándole, pero ocurrió todo lo contrario. Eso se puede aplicar a casi todas las líneas. Esta España no sabe jugar a defender, no va en su ADN...
El inicio del partido no hizo presagiar el vendaval que vendría después. Una buena jugada de Pedri por la izquierda terminó con la pelota en la frontal, Moriba la recogió y, tras sufrir una falta, el balón terminó en Valera, que definió a la perfección. Les Bleues, que habían realizado un torneo inmaculado, se vieron por primera vez remando contracorriente. Eso les creó dudas. Unas dudas que pudieron crecer dos minutos después: Pablo Moreno culminó una buena jugada con un disparo que llegó llorando a las manos de Zinga. Si hueles sangre contra un rival tan superior y no lo aprovechas...
Los de Gordo no consiguieron cambiar la inercia y al final la lógica se impuso. En el 21' Kouassi superó con claridad a Moriba a la salida de un córner. Su cabezazo fue inapelable, aunque era la segunda vez consecutiva que remataba la jugada de idéntica manera.
Ese tanto desató a Francia. Sólo había un modo de frenar su ímpetu: tener el balón. La Rojita olvidó su esencia y ni lo intentó. La respuesta fue meter a los once en su campo. España traicionó su estilo y quedó en manos de Francia, que aprovechó su superioridad física en el 36' con una jugada por banda en la que Lihadji superó con claridad a Javi López para que Mbuku marcara a placer.
En la segunda mitad España no tuvo ni opción de reacción porque en el primer minuto de la reanudación Lihadji hizo el tercero aprovechándose de la pasividad de unos centrales que estuvieron blandos durante todo el partido. Ahí bajó los brazos definitivamente La Rojita y en cinco minutos (54' y 59') llegaron dos tantos más. Los franceses quitaron el pie del acelerador y aun así les dio para hacer el sexto en el descuento.
Francia es superior a España. Pero no tanto como reflejó el juego ni el marcador. Toca reflexionar, porque el margen de mejora para que una situación así no se repita existe...