Desventajas de viajar en tren para el Espanyol
Advierte Ángel Sanagustín, el personaje de Ernesto Alterio en la disparatada Ventajas de viajar en tren, que “la verosimilitud está sobrevalorada”. La máxima, además de spoiler en cierta manera de la película, le va que ni pintada al Espanyol de Machín, como se corroboró en el Wanda Metropolitano. Desde que el soriano arribó, hace un mes, los pericos se han adueñado de una sensación hasta cierto punto dominadora de los partidos, de igualdad cuando no superioridad.
Ante el Atlético de Madrid, igual que ocho días antes frente al Valencia, o en el propio estreno de Machín contra el Villarreal, completó el Espanyol una primera mitad en que tuteó e incluso pareció imponerse a sus poderosos rivales. Y en estas dos últimas jornadas hasta se avanzó, esta vez con un derechazo de Darder al más puro estilo Atleti, esto es, robando y alcanzando en pocos segundos y menos toques el área rival. Pero la verosimilitud, en efecto, no equivale a realidad.
En el Metropolitano ni siquiera hubo que esperar al segundo tiempo para que los de Simeone se sobrepusieran al síndrome Leverkusen (que le digan a un perico qué es de verdad ese trauma...). Bastó un dudoso gol de VAR, trazado con escuadra y cartabón, para desmontar a un Espanyol al que apuntilló Morata. Y, aunque no se amilanó, ni cierra atrás ni ejecuta arriba. Y, con todo, se va hundiendo abajo. Viajar en tren tendrá sus ventajas, pero menos en Segunda...