Aguantar a Bale hasta junio

Bale sigue mudo y cabreado. Al menos eso se cuenta desde su entorno, la agencia de Jonathan Barnett que le lleva su vida en el Real Madrid, porque al galés no solo hay que llevarle los asuntos económicos, también los deportivos y sociales. Siendo un tipo especial como es Gareth, el encargado de decir si está a gusto o no, o si el entrenador de turno se está portando bien con él, o si el público que le pita debiera sentir vergüenza, o si el club no le trata como una estrella es su representante. Para este hombre, todos deberíamos besar los pies de Bale. Al que le toca hacerlo ahora es a Zidane, que lleva unos días desviviéndose en disculpar al futbolista galés, hablando de su lesión sin explicarla, del viaje a Londres sin conocerlo y dando una normalidad a la relación entre ambos que no cuela.

Bale fue suplente en las últimas dos finales de la Champions y eso nunca se lo perdonará a Zizou. No hay química entre ellos, es evidente, y sólo las circunstancias del verano les han obligado a convivir juntos. En el Madrid ya se han convencido de que el expreso de Cardiff descarriló como súper estrella, pero no lo van a malvender en el mercado de enero. Hay que aguantarlo como sea hasta el mes de junio para poder cambiar cromos y ahí Zidane tiene que ir con el club, comerse el marrón y poner buena cara. Aunque aquella sonrisa infalible de antaño ahora no se la trague nadie...