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El madridismo se cansa del VAR

Después de lo sucedido la pasada Liga con el famoso penalti de Rulli a Vinicius no pitado (¿recuerdan la célebre frase: "Todo OK, José Luis"?), el madridismo creía que esta temporada el VAR estaría más asentado y que, al menos, no le restaría nada a su equipo. Pero la mano de Feddal, que fue reclamada el sábado por un Bernabéu contrariado, logró que hasta Butragueño abandonase su habitual diplomacia dialéctica para tirar una chinita con tamaño de pedrusco: "Estamos confusos. El balón golpea la mano e interrumpe la jugada. No sabemos por qué las decisiones van en una dirección y luego en otras. Entendíamos que el VAR iba a resolver este tipo de situaciones, pero no...".

El caso es que Sánchez Martínez ni siquiera se acercó a ver la acción en la pantalla. Ayer mismo, en El Sadar, Martínez Munuera fue dos veces a consultar dos jugadas a instancias del VAR. Y en lo que va de temporada van ya 28 revisiones en pantalla. ¿Da miedo a hacerlo cuando el beneficiado puede ser el Madrid?

En esta misma Liga, los aficionados blancos se quejan de lo sucedido en dos desplazamientos de su equipo. En Vila-real, a Vinicius le hicieron un penalti claro al llegar tarde Albiol a un balón dividido dentro del área. El VAR no quiso entrar a examinarlo siquiera. Y hace tres semanas, en Son Moix, a la salida de un córner fue objeto Brahim de un agarrón clamoroso (prolongado durante varios segundos) por parte de Salva Sevilla, como reflejaron las imágenes con la camiseta tan estirada que casi no pudo moverse. Estos tres penaltis no merecieron siquiera que el VAR reclamase la atención del árbitro de campo para verlos...

Si llegan a pitarse y se hubiesen transformado, los blancos tendrían cinco puntos más (dos más en Vila-real, uno más en Mallorca y dos más este sábado ante el Betis). Nadie esconde que el juego debe mejorar, pero el Madrid no tiene suerte con los arbitrajes.