Fardos de corrección
"El próximo gol celébralo como si estuvieses tirando fardos de droga desde una lancha al mar", le dijo David Broncano a Iago Aspas en el programa 'La Resistencia'. El delantero del Celta aceptó, marcó ante el Betis e hizo lo comprometido. Y tras la celebración fariñenta no han sido pocas las críticas que ha recibido en redes sociales. La mayoría le decían que se dedicase a jugar al fútbol. Algo similar ocurrió ayer con Mikel San José. El jugador del Athletic se pronunció en Twitter sobre el primer debate electoral del 10-N. Su tuit confrontaba unas declaraciones de la representante del PP en el debate, Cayetana Álvarez de Toledo, sobre el consentimiento en las agresiones sexuales: "Se acaba de probar que el machismo no es un concepto únicamente masculino. Por suerte también existimos hombres feministas", escribió San José. Y, de nuevo, apareció la frase en cuestión: "Tú dedícate a jugar al fútbol".
Siempre me ha llamado la atención esa percepción del futbolista como un ser humano definido únicamente por su profesión. El jugador tipo debe carecer de un sentido del humor explícito –porque eso significa que no se está tomando en serio su trabajo, más aún si viene de perder-. El jugador tipo no debe salir de la zona del confort de declaraciones incoloras. El jugador tipo debe limitarse, por ejemplo, al "sí, bueno, no" –la triada del no decir nada diciendo algo-.
Muchos aficionados ven a los futbolistas como a esos operarios de seguridad de los estadios que permanecen todo el partido dando la espalda al terreno de juego. Pero, a la inversa, los futbolistas deben dar la espalda a todo lo que ocurre más allá del terreno del juego. No pueden moverse ni un centímetro; si lo hacen enseguida reciben la tarjeta del "¡Tú dedícate a jugar al fútbol!". Lo de la burbuja balompédica lo explicó a la perfección Pablo Aimar en una entrevista a Cayetano Ros en El País: "A veces nos metemos sin decidirlo. Vamos a un aeropuerto y ni pasamos el pasaporte porque lo pasa un delegado. Hacen todo por uno. Y después vas y te dices 'cómo reservo una habitación'. Pero se puede salir fácil de la burbuja". Si es que te dejan, claro.