La sombra de Setién en el Bernabéu

Sólo el Barça ha sido capaz de ganar al menos tres veces seguidas en el Bernabéu. El Betis que todavía comanda Rubi tiene esta noche la ocasión de alcanzar tamaña heroicidad, envuelta además por una de esas controversias que convierten al fútbol en una materia donde la pasión gana tantos partidos como la pelota. Si vence hoy, Rubi logrará espantar la sombra de un tal Enrique Setién. Sí, Setién, el técnico que reinó dos años en el coliseo de La Castellana y en otra serie de estadios importantes de Europa. Ése que se marchó en mayo porque a parte de la afición verdiblanca no le gustaban su juego, sus resultados y, sobre todo, algún que otro desplante en sala de Prensa.

Aquel Betis setienista templaba, mandaba y acababa por desquiciar a muchos rivales con el encantamiento de la posesión, arma arrojadiza para los detractores que el cántabro ha dejado por Sevilla. "Posesión estéril en otros escenarios con menos glamour", contraargumentan los paganos de Quique, a los que se les vendió que con Rubi habría un "juego más vertical" y que a esta plantilla, que con algunos retoques es básicamente la misma, "la entrenaba cualquiera". Pasadas 11 jornadas de la 2019-20 el Betis carece de algún tipo de identidad y su entrenador sigue intentando pulsar alguna tecla que le sirva para remontar el vuelo. Eso sí: triunfar en el Bernabéu, aunque sea de rebote, convierte en dios a cualquiera.