Messi galopa, el Madrid persigue
Fue una noche plácida para el Madrid, conveniente tras el flato que al Atlético le dio en su visita al Alavés (hoy, cada empate de un equipo con pretensiones es una derrota, aunque sea fuera de casa) y necesario a la vista del arreón que pegó Messi la víspera. Messi se ha sacudido las legañas del verano y la pretemporada, y ya está ahí, dispuesto a barrer a cuanto rival le pongan por delante en LaLiga. La Champions es otra cosa. Ahí viene dejando un déficit que contrasta con su extraordinaria solvencia aquí. Pero LaLiga es el pan nuestro de cada día, y ahora que él ha alcanzado su golpe de pedal el Madrid necesita dar la réplica adecuada.
Y eso hizo ayer, con sus cinco goles a un Leganés que no es lo más peligroso de nuestro fútbol, pero que ahí está. De nuevo, Benzema estuvo al frente de la maniobra. He ahí un caso de jugador que agradece la confianza con que el club, léase Florentino Pérez, le ha obsequiado durante todos estos años. Desde que se fue Cristiano se presenta voluntario cada día para tirar del carro. Al revés que Bale, que igual que no sabe quién es el jefe del Gobierno inglés podría no saber dónde juega ahora Cristiano Ronaldo, Benzema ha asumido la condición de mandamás del ataque, como lo es Sergio Ramos en la parte de atrás del equipo.
Mientras, Hazard sigue en un sí es, no es. Según cómo sea de optimista cada quién, le da más votos de confianza. Por mi parte, le alineo con João Félix y Griezmann como miembro de un trío del que se esperaba que sacudiera el cotarro, pero que resulta que no. Tampoco son decepciones extremas, no es eso, pero la verdad es que están ahí y no pasa gran cosa. Hazard puede esgrimir en su defensa que ayer sufrió siete faltas, que son muchas. Seguiremos esperándole. A cambio, Jovic marcó por fin (dos veces, el primero anulado) y Rodrygo sigue mejorando. Pero tal y como cabalga Messi, cuesta ver a este Madrid recuperando LaLiga...