Llorente, la cola del león colchonero

Uno se pregunta muchas veces si compensa ser cola de león o es mejor disfrutar como cabeza de ratón. Le pasó a Theo Hernández, que explotó en Vitoria cedido por el Atleti. Era un ídolo. Pero dio un quiebro a su vida: fichó por el Madrid, fue prestado a la Real y ahora anda perdido por Milán. Viene a cuento esto por Marcos Llorente, que dejó una huella imborrable en Vitoria. Llegó cedido hace tres temporadas procedente del Real Madrid y se hizo un hueco en el equipo de Pellegrino. Fue un año mágico en el que los vitorianos jugaron la final de la Copa junto al Barcelona y libraron con sobriedad la permanencia. Pues bien, su paso por Mendizorroza fue discreto. Era la segunda vez en la presente temporada en la que salía de titular, pero vio una amarilla en la primera parte y Simeone decidió sustituirlo en el descanso. La dupla con Herrera no le benefició, ya que no habían coincidido hasta ahora y Wakaso-Manu les superaron.

¡Lo que daría Asier Garitano por tener su juego! Y él mismo por sentirse importante. De todos modos, debe apretar. Su referente dentro y fuera del campo fue Ibai. Éste le apodó con el mote de 'marquesito de Armentia', ya que el vizcaíno le tenía que hacer la cena todas las noches y el madrileño vivía en el barrio más exclusivo de la ciudad alavesa. Eran inseparables. El año pasado sufrió en el Madrid y decidió cambiar de aires. Si tiene paciencia seguro que crecerá en el Wanda.