La prueba del algodón para el séptimo de aquella Liga
Igual que en sus comparecencias, que hasta ahora rezuman naturalidad (con el asterisco de los fichajes de invierno, sobre lo que este martes reculó quizá para estimular el orgullo de la plantilla una vez el club ya hizo acuse de recibo), Machín ha modulado con pasmosa facilidad, o cuando menos velocidad, a un Espanyol que vivía deprimido y que, solo diez días después del primer partido con el soriano, desprende sonrisas. Quizá es que todo era más simple, más directo, menos interpretativo o azaroso. “Sufrimos menos porque nos equivocamos menos”, condensó Víctor Sánchez tras la trascendental victoria ante el Levante. ¿Una obviedad? No, el resumen de una situación. De un equipo. De un cambio absoluto en el estado de ánimo.
Sin embargo, hoy sigue en descenso el Espanyol y conviene hacer acopio de puntos antes de que el calendario exija piñón grande y plato pequeño. San Mamés se presenta como la prueba del algodón para esa solidez con la que Machín ha empezado a apuntalar al conjunto perico, porque los tres centrales deberán exigirse ante un Athletic que, como el curso pasado, puede asediarle a centros laterales, ahora si cabe aún con más espacios por bandas por el 3-4-2-1 de nuevo cuño. Del resultado de este miércoles se podrá desprender también, tras aquella jornada final del curso pasado en que los pericos descabalgaron a los leones de la séptima plaza, si Europa es una soga o un trampolín para LaLiga.