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Ventajas del Clásico que nunca fue

Estamos tan atontados con la estadística que olvidamos lo importante. Del fútbol no me interesan tanto los mapas de calor como los alrededores. Las imágenes que trascienden generaciones, las anécdotas… La última cucharada del helado es la que nunca se olvida y este deporte es una factoría inagotable de recuerdos. Como cuando Goyo Benito arrancó un Clásico pidiendo a sus compañeros de selección culés que ese día llevasen el DNI en la boca porque en cuando pitase el árbitro no iba a conocer a nadie. Fútbol: altos hornos del momento imborrable. En ese sentido, este extraño Barcelona-Real Madrid ya nos ha dejado algo para recordar. Primera ventaja.

Para los periodistas es una bendición el aplazamiento porque hemos regateado un doble ridículo. Esta semana no nos hemos equivocado en la previa y tampoco tras el partido. El ahorro en columnas y tuits es tan grande que quizá hayamos salvado el Amazonas sin darnos cuenta. Además, la temporada ha quedado en el limbo, como a la espera del pistoletazo de salida oficioso que siempre marca un clásico. Esta pincelada inesperada de guion dibuja un campeonato imprevisible. Segunda ventaja.

De esta previa truncada me quedo con las declaraciones de Joan Gaspart, siempre a la altura de su estrambótica leyenda. El aplazamiento le disgusta pero no porque se hayan salido con la suya los que disfrutarán de haber alterado el calendario. No, Gaspart piensa que no hay para tanto. Que él "ya tuvo que viajar a Madrid en una tanqueta de la policía". Que nos quejamos de vicio. Me recuerda al sketch de los Monty Python donde cuatro viejos explican a los jóvenes quién lo había pasado peor en su infancia. "¿Una casa? Tenías suerte. A nosotros nos desalojaron de un pozo y nos fuimos a vivir al fondo de un lago". Para evitar aquellos extremos es conveniente el aplazamiento.

Pirri, Heredia y Goyo Benito, en el Camp Nou.
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Pirri, Heredia y Goyo Benito, en el Camp Nou.

La jornada sin Madrid y Barcelona en el campo cambia poco o mucho según se mire. Como esos pasatiempos donde te invitan a descubrir las siete diferencias entre dos imágenes que parecen iguales sin serlo. Esto me lleva a la Superliga, ese cuervo que revolotea sobre el fútbol. Ese formato All Star nos dejaría jornadas tan extrañas como la presente y nos robaría el Clásico tal y como lo hemos conocido. Con Goyo Benito y todas sus impagables anécdotas. El fútbol sería menos y eso ya no me hace tanta gracia.