El gran día o un día cualquiera

El vacío del Clásico. Va a resultar imposible no sentir la ausencia que supone la no disputa del Barcelona-Real Madrid. El agujero en el calendario, tener que esperar un par de meses para medir el peso actual de los dos grandes del fútbol español. Es mejor proyectar el vacío que la división o la violencia, pero hoy y mañana, los medios y los aficionados nos sentiremos menos llenos, nos faltará algo que nos entusiasma, nos conmueve y nos abre el maravilloso debate futbolístico de par en par. Hay quien lee la situación como una victoria de los violentos, pero hay que entenderlo más bien como un acto de responsabilidad por parte de LaLiga. Disputar el Clásico en estas condiciones sociales y políticas no tenía ningún sentido. Esperemos que el 18-D soplen otros vientos y no permitan que otro gran día sea un día cualquiera.

Quemando a Ansu Fati. Difícil compartir los motivos que impiden a un chico de 16 años, con posibilidades de ser el mejor del mundo, no poder demostrarlo en el Mundial de su categoría, que además se disputa en Brasil, con toda su simbología. El seleccionador español, David Gordo, no puede esconder su deseo de haberlo tenido a sus órdenes. No son suficientes ni los doce minutos que tuvo en la Sub-21 ni los pocos que le dé Valverde por la baja de Dembélé en Valladolid. Mientras pesa la jerarquía de Messi, Suárez y Griezmann, Ansu Fati va a ser un complemento. Se le ha privado de una experiencia competitiva de vida que dura un mes. El mismo tiempo, que entre lesión y olvido de Valverde, lleva sin jugar. El fulgor de un talento tan precoz debe venir acompañado de la valentía de un entrenador o permitir sencillamente que su evolución natural siga su curso.

Pitando a Koke. Tiene razón Simeone en que los futbolistas más grandes de su club y de otros han sido pitados en algún momento de su carrera. Koke no está aún en ese podio, pero en el imaginario de los atléticos es uno de los jugadores que mejor representan esa manera de sentir, una bandera del Atleti. Los logros que ha conseguido su equipo y que ha capitalizado su club no se explican sin personajes como él. Pitar a Koke, más que injustificado, es poco inteligente. Puede que su momento de forma no sea el mejor, pero si los atléticos quieren que su equipo dé un salto de calidad en lo futbolístico (vamos, que juegue mejor), eso siempre pasará por Koke.