El Oktoberfest de Kroos

El Oktoberfest significa, en alemán, "fiesta de octubre". Se celebra en Múnich desde 1810 y es la fiesta popular más grande de Alemania, concitando en la capital bávara a seis millones de turistas. Se celebra en el Theresienwiese (El Prado de Teresa), cerca de la estación central de Múnich (Hauptbahnhof). Cuando Toni Kroos jugaba en el Bayern (desde 2007 a 2014) siempre era de los más activos en esa celebración donde la generosa ingesta de cerveza es una buena excusa para reforzar los lazos de amistad y de equipo, como es el caso de los muniqueses. Pero Kroos no era valorado por Pep Guardiola como merecía y el Madrid tuvo el ojo de satelizarlo cuando se acercaba el final de su contrato. Llegó al Bernabéu tras la conquista de la Décima, tenía el listón alto, pero de su mano y la de Modric y Casemiro (la Santísima Trinidad del Madrid triunfal) levantaron tres Champions consecutivas.

En verano fue renovado por un año más (hasta 2023) a pesar del mal curso pasado, lo que despertó recelos entre la afición y entre este humilde servidor. Pero el alemán ha demostrado que se ha tomado muy en serio la apuesta del club. Este curso está siendo más incisivo que nunca, en ataque está buscando por fin el gol (para darlo o para meterlo, como en Estambul) y se le ve más involucrado en el trabajo colectivo. Para Zidane es intocable y sus número le avalan. Desde que empezó el Oktoberfest hemos visto a Kroos pletórico, con más ganas que nunca de agradar. Su lesión muscular tuvo cojo al equipo, pero en Estambul se reivindicó con el gol de la victoria en un partido clave para el proyecto. En esta preciosa ciudad se jugará la final de la Champions de 2020 (el 30 de mayo) y parece como si Kroos hubiese querido poner su semilla para reivindicar que este Madrid de Zidane no está muerto, ni mucho menos. Y Kroos, tampoco. ¡Viva el Oktoberfest!