Mourinho tendrá que esperar

Zidane salvó el ‘match ball’. Una derrota anoche hubiera sido una catástrofe indigerible y el panorama de ocho días sin partido se presentaría propicio para el cambio de entrenador. Pero el Madrid ganó, recompuso su desairada posición en el grupo de Champions y, sobre todo, se vio que los jugadores se baten por él, al toque de trompeta de Sergio Ramos. El espantajo de Mourinho les ha movilizado y se movieron bastante más que en Mallorca, así que aunque no ligaron el juego que cabe esperar de su calidad ni tuvieron la firmeza defensiva que se requiere para más altos compromisos, ganaron el partido. Por un solo gol, pero lo ganaron.

La alineación presentó la sorpresa de Rodrygo como extremo derecha. Fue de más a menos. Tuvo buenas apariciones al principio, jugando con soltura, inteligencia y peligro, pero el partido se le hizo largo. Se le notó fatigado en la segunda parte, hasta retirarse con calambres. En la otra banda, Hazard volvió a quedársenos corto. Estuvo en la jugada del gol, una buena combinación con Benzema en la que falló el pase final, dirigido a éste, con tan buena fortuna que apareció Kroos para encontrarlo y marcar, previo toque en un defensa rival. Ese gol fue todo el fruto, poco pero suficiente, de las numerosas llegadas del equipo.

Porque hay que decir que el partido tuvo algo de correcalles. Al Madrid se le vieron otra vez las costuras atrás, sobre todo en la primera mitad, en la que Courtois intervino tres veces en ocasiones de peligro. Pero entre las llegadas del Galatasaray se intercalaban, y cada vez con más frecuencia, salidas del Madrid, que llegó a posición de remate bastantes veces. Tantas que hizo añorar esa pegada que le ha hecho célebre, esa capacidad resolutiva que se evaporó con la salida de Cristiano. Pero aunque fuera por un solo gol ganó merecidamente el partido y ahora gozará de ocho días de sosiego hasta recibir al Leganés. Mourinho tendrá que esperar...