Empecé a escribir la primera mitad de esta columna antes del partido Lokomotiv-Atleti. La segunda mitad la escribí después del pitido final. Tengo que reconocer mi simpatía por un equipo llamado así, Lokomotiv. Yo, músico hasta las trancas, todo lo convierto en música, todo lo relaciono con alguna canción o con algún disco o con alguna banda o algún concierto. El Lokomotiv me recuerda, sin dudarlo ni un solo segundo, a una canción llamada ‘Locomotive breath’ de la prodigiosa banda británica Jethro Tull. Me gusta traducirlo como “el aliento de la locomotora”. Una maravillosa copla con un no menos maravilloso título. Así que cuando escuché por primera vez ese nombre de ese equipo de fútbol, Lokomotiv, lo asocié inmediatamente a la canción y me cayeron muy simpáticos, con el añadido de ser de Moscú, ciudad por la que también tengo mucha simpatía (incluso sin conocerla).