De repente, veo al Gobierno poner objeciones a la Supercopa en Arabia Saudí, proyecto estrella de Rubiales. Lo anunció la ministra Celaá, lo ratificó la secretaria de Estado, María José Rienda. Las objeciones tienen una base sólida: el trato que aquella sociedad da a las mujeres es indigno. Eso es cierto. Tan cierto como que España tiene embajador en aquel país con el que el Rey Emérito ha tenido lazos de amistad, que Don Felipe VI lo visitó no hace mucho y que mantenemos excelentes relaciones comerciales, entre ellas la construcción del AVE a La Meca en la que participó un fuerte consorcio de constructoras españolas.