El Real Madrid sufrió mucho más de lo previsto en la visita del Brujas al Bernabéu. Ya avisábamos en estas líneas de que el conjunto belga no iba a ser precisamente un rival sencillo y se comprobó sobre el césped. Creo que a los de Zidane les faltó tensión competitiva en la primera parte, sobre todo a la hora de presionar a los pasadores visitantes, pudiendo los de Clement encontrar con relativa facilidad la espalda tanto de Varane como de Sergio Ramos. Intentando rescatar notas positivas en cuanto a las actuaciones individuales quiero poner el foco sobre Toni Kroos.

Durante el año pasado, como le sucedió al resto de sus compañeros, el alemán bajó sus prestaciones casi al mínimo, cuando había sido un futbolista con un rendimiento óptimo desde su llegada a la capital de España. Veo a un Kroos recuperado para la causa, con un tono físico que le permite transitar defensa-ataque, una de las carencias del equipo ahora mismo, y acaparando mucho protagonismo con balón. En el pasado derbi fue el mejor del equipo y espero que esto se convierta en una tendencia. Tiene la capacidad de ver la siguiente jugada con antelación y ejecutarla con precisión y rapidez, a uno o dos toques como máximo.