Guedes, Kang-in Lee y Cheryshev
Se esperaba que este fuera el año de Guedes. Se fue de vacaciones con dos títulos bajo el brazo, la Copa con el Valencia y otro con Portugal, con gol incluido contra Holanda en la final de la Nations League, y tres veranos después iba a poder hacer una pretemporada en condiciones; sin lesiones ni situaciones de mercado que le alterasen el día a día de su preparación. Ya no se hablaba de lo que había costado (40 millones, el fichaje más caro de la historia del Valencia) sino el debate entorno a Guedes era meramente futbolístico; si tenía que seguir entrando desde banda izquierda o debía actuar de segundo punta. Pero Guedes no está como él quisiera. Ni con Marcelino ni con Celades. Sus gestos cuando falla un regate o un disparo delatan desquicio y los intentos de sus compañeros de levantarle el ánimo evidencian que les inquieta que pierda los estribos, saben que todo lo que tiene de bueno lo tiene también de nervioso. Y últimamente ya ni sale desde el banquillo.
Mestalla quiere a Guedes, le respeta, pero siente pasión por Kang-in y valora la actitud de Cheryshev, que cumple cuando juega como lo hiciera en Bilbao y suma cuando no lo hace. Celades tiene la obligación de recuperar para la causa a Guedes, cuyas facultades son únicas, y el partido del Ajax sería buen escenario. Pero el Valencia no está hoy para esperar a nadie sino para ganar partidos y espantar sus muchos fantasmas.