Súbanse al ‘Dragon Kahn’ perico

De dos semanas intrascendentes informativamente en el Espanyol, sin partidos, con el mercado cerrado y sin novedades en aspectos cruciales, se pasará desde hoy a las 12:00 a otras dos semanas apasionantes. Cinco partidos en 15 días (o siete en 22), con el estreno europeo y la necesidad de crecer como equipo y sumar en LaLiga, porque navegar por aguas tranquilas siempre debe ser una obligación en un Espanyol que ya sabe los efectos secundarios de jugar en Europa, como recordó Iván Molero esta semana en los nueve años anteriores en los que el club disputó competición continental.

El tiempo pasa rápido, como cuando te subes al Dragon Kahn y vives esa mezcla de miedo, vértigo y adrenalina en un abrir y cerrar de ojos. Ni te enteras hasta que se aminora la marcha y sonríes. Y eso es lo que espera David Gallego y la plantilla después de este primer examen, sin tiempo para respirar. Porque lo que viene ahora será un test más que orientativo sobre la calidad del grupo, el aporte de los fichajes (se sabrá también el grado de la dolencia de Corchia) y su adaptación al estilo del entrenador, que en la previa ofreció una conferencia de prensa más pausada y argumentativa, positiva y desactivando los alarmismos, aunque esto deberá corroborarse en el terreno de juego. No es Ipurua el mejor escenario para empezar la reacción, teniendo en cuenta que es un estadio donde todos los rivales “ofrecen la peor versión”, en palabras de Rubi el curso anterior. Más allá del resultado, la cara del Espanyol sí debe ser sólida. Por algo se debe empezar.