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LA PIZARRA TÁCTICA

El trastorno bipolar del Madrid

GRAF2170. MADRID, 14/09/2019.- El técnico francés del Real Madrid, Zinedine Zidane (d), da instrucciones a sus jugadores durante el partido de la cuarta jornada de Liga de Primera División disputado este sábado en el estadio Santiago Bernabéu. EFE/Rodrigo
Rodrigo JiménezEFE

Es el Madrid un equipo bipolar, consecuencia de su incapacidad demostrada para sostener el nivel a lo largo del partido y con rasgos tan distintos. Su primera parte señaló la hoja de ruta que debe seguir en la temporada. Le acompañó el fútbol, se aplicó en la recuperación (13 interceptaciones en terreno contrario) y no flaqueó en el repliegue. El mejor ataque es una buena defensa. La titularidad de James como mediapunta más que de interior -100 acciones ofensivas- iluminó al Madrid en la frontal del área, con un Benzema prolijo en la gestación y en la definición final de la jugada. Casemiro se agrandó en la medular y no dejó pasar a ningún jugador granota. Fueron las caras que subrayaron el gran ejercicio coral de un Madrid verdaderamente fiable por primera vez en tiempo. También colaboró el desmoronamiento del Levante, un equipo con más puntos que juego este curso. Paco López pretendió repetir la partitura exitosa de la campaña pasada, alineando tres centrales y dos carrileros, pero nadie mimó las vigilancias. Las pérdidas en la salida -15 en campo propio- coartaron aún más su plan. 

La organización del Madrid se fue cayendo con el paso de los minutos. El Levante picó de otro forma tras el descanso y mejoró cuando Paco López volvió a la defensa de cuatro. Su apuesta por el intercambio de golpes le funcionó ante el desatino blanco en la finalización. No se adivina una reconciliación de Vinicius con el gol -cinco remates sin acierto-, si es que alguna vez lo tuvo. Las concesiones del Madrid también reaparecieron a partir de los cambios de Zidane. El discurso del entrenador galo prioriza la competitividad en LaLiga, pero sus movimientos apuntaron a París. Sin Casemiro no hay escoba ni presencia física. La osadía de Zidane acercó al Levante a un empate que el Madrid no se podía permitir dado su gran primer tiempo. Su siguiente desafío consistirá en no ser un equipo de ratos y acabar con este trastorno bipolar malsano.

La autonomía de James

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James se sintió comodísimo como enganche y exhibió su inteligencia al ayudar en la salida sólo si el escenario lo requería. En la jugada del primer gol se abrió a la derecha para proyectar después a Lucas y Carvajal.