Lim altera la agenda de su Valencia
Peter Lim, aunque esa no fuera su intención, ha vuelto a cambiarle el paso al día a día de su club. La llamada a capítulo a Anil Murthy, que estaba de vacaciones por Europa y que tenía previsto regresar a Valencia para participar esta semana en un acto de bienvenida a la Academia, altera la agenda del club. De momento, entre otros asuntos, se canceló una rueda de prensa que tenía previsto dar hoy Mateu Alemany, una comparecencia del director general con la que, con su verso y en la medida de lo posible -que ya es difícil-, se querría pasar página a lo acontecido este verano (más bien dejémoslo en un patadón y p'alante). Pero al menos, con intención loable, se pretendía desde el club focalizar la atención y los esfuerzos en los dos duelos que tiene por delante el equipo: Barcelona y Chelsea. Pero no es el caso.
Tiene sentido que Peter Lim llame cuantas veces quiera a Anil Murthy para reunirse con él en Singapur o donde le venga mejor. Está en su derecho como jefe suyo que es y para eso le puso de presidente. Pero también es lógico (y así debería verse desde la propiedad) que, tal como está el patio, cualquier alteración de la rutina fomente un estado de inquietud tanto en el entorno como en el propio club blanquinegro. Principalmente porque es un misterio, al menos para un servidor y también para la mayoría de personal del club, la verdadera razón por la cual le urge al dueño ver ahora -más cuando la cita no estaba prevista- a su empleado de mayor rango en Valencia. Quizás traten temas menores, quizás sean transcendentes. Váyase usted a saber. Lo que está claro es que en el fútbol, habitualmente, cuando en la gestión reina la coherencia, cuando se hacen las cosas con 'trellat', los resultados se aproximan o llegan a ser los deseados; pero si se actúa a salto de mata, sin sentido común, hasta las porterías se hacen más pequeñas. O grandes, según quién ataque.