Alonso sí era mejor que Vettel

Austin 2017, Bill Clinton pasea por la parrilla, le saludan unos y otros y él, sin que nadie se lo pida, se detiene junto a un piloto español con el que habla un par de minutos. Se escucha la palabra 'Indianápolis' en su breve charla con Alonso. Poco después, Arrivabene, el jefe (¿recuerdan?) de Ferrari, le lleva a saludar a Vettel, al que da la mano cortésmente. Y ya. Viene al caso la anécdota junto a las palabras del hombre que llevó a Clinton a la Casa Blanca. James Carville fue el asesor que supo ver en 1992 que había que poner el foco en el dinero por encima de la política exterior como hacía George Bush padre, su gran rival por entonces presidente. "Es la economía, estúpidos", fue su celebre frase. 

En una entrevista con AS, Fernando Alonso anteponía su preferencia por el prestigio, el respeto de los demás, a los títulos. Recuerdo la época en la que Sebastian lograba poles a veces sin tener que salir una segunda vez a pista mientras el resto de pilotos se jugaban la vida por una décima. Esos cuatro títulos de Red Bull con un coche perfecto y perfecto para él. Entonces algunos decíamos que, pese a todo, Alonso era mejor piloto. Muchos lo decían, el resto de pilotos por ejemplo en 2012 o los jefes de equipo. Pero al regresar, otros miraban la clasificación, veían a Seb campeón. Y ya. Ahora muchos de esos la toman con el alemán porque comete errores y se está viendo superado por Leclerc, como en su día le pasó con Ricciardo. Ahora yo digo que Vettel es un grandísimo campeón, pero, como dije entonces, no es Hamilton, ni mucho menos Alonso. Pero no le falten al respeto, es un tío que se juega la vida ahí fuera, la F1 depende mucho del coche y de cómo ese coche se adapta a tu forma de pilotar, ahora comete errores, le falta algo, quizá lo recupere. Esa era la gran diferencia de Alonso con el resto, solía estar por encima del coche. Eso, queridos, era la magia famosa. El prestigio, el respeto.