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Brillante España, magnífico Robert Moreno

España se midió con una rival al que nunca había derrotado en Rumanía, en medio de una compleja situación emocional, bajo el impacto de la tragedia que ha sufrido la familia de Luis Enrique, seleccionador hasta el mes de mayo y mentor de Robert Moreno, ahora al frente de uno de los equipos más prestigiosos de Europa. No era, por tanto, un partido cualquiera. Se medía el carácter, la respuesta de la Selección y el plan del joven entrenador. El resultado fue brillante. España jugó con dinamismo, personalidad, sin concesiones a Rumania y una obsesión atacante que no perdió ni en los momentos más crudos, después del gol de Andone y la expulsión de Diego Llorente. Impresionó el equipo por su cohesión y despuntaron algunos jugadores que empiezan a asegurar su largo recorrido como internacionales.

La nota media fue altísima, con alguna excepción circunstancial. Rodrigo se sintió incómodo en el partido. Saúl no acaba de sentir la importancia que tiene en el Atlético de Madrid. Diego Llorente necesita ascender un par de peldaños para garantizar la sociedad con Sergio Ramos en el centro de la defensa. Ninguno de ellos decepcionó, pero no les benefició la comparación con Fabián, Navas, Busquets y Jordi Alba, que ofrecieron un recital en Bucarest.

Si hay una estrella emergente en el fútbol español, es Fabián, jugadorazo que ha encontrado la ubicación perfecta en la Selección. Su zurdera no le impide imponer su poderío y clase en el callejón del interior derecho. Fabián juega últimamente en la media punta del Nápoles, donde rinde menos porque es más potente que rápido. Necesita perspectiva, metros, para imponer un estilo que mezcla la finura con la contundencia, el rango corto con la mirada larga, el pase y el remate de media distancia. No durará más de un año en el Nápoles. Está destinado a uno de los tres o cuatro grandes de Europa.

El partido resalta a Robert Moreno. En un tiempo donde los grandes obsesionados están obsesionados con las credenciales y la popularidad mediática de los entrenadores, el nuevo seleccionador ha actuado con criterio y atrevimiento. Le revela al primer mensaje que ha enviado: es una Selección donde funciona el meritoriaje y se atiende bastante poco a las viejas jerarquías establecidas.

Los jugadores de España celebraron el triunfo en el vestuario.
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Los jugadores de España celebraron el triunfo en el vestuario.

Moreno ha dado vuelta a una ecuación habitual del fútbol: cuando los entrenadores buscan y no encuentran, los equipos cambian de alineaciones constantemente. Ocurre siempre en los tiempos de crisis. No en este caso.

España camina como un tiro hacia la Eurocopa (ha ganado todos sus partidos) y sin embargo no hay una alineación recitable. Juegan jóvenes procedentes de la Sub 21, veteranos como Navas que parecían descartados para la Selección, delanteros (Alcácer) postergados durante mucho tiempo o jugadores postergados en sus clubes (Ceballos, cedido al Arsenal por el Real Madrid) pero fundamentales en la Selección. Este criterio anima a la competencia interna y permite decisiones infrecuentes. Con sólo un gol de ventaja, ingresaron Oyarzabal y Sarabia. ¿Experiencia internacional? Un partido entre los dos. Son los mensajes que cuentan.