Van Dijk, por delante de Messi y Cristiano

La UEFA sorteó los grupos de la Champions en un sobrio acto en Mónaco en el que también se eligió al futbolista-UEFA del curso anterior. Como Modric en el último Balón de Oro, apareció un tercero, esta vez Van Dijk, para batir a Messi y Cristiano. Una época va pasando, una época que marcaron ellos con su tremenda rivalidad, algo enfriada desde que Cristiano se nos fue a la Juve. Esa rivalidad ha dejado un poso de cariño que la presentadora supo explotar bien. Fue magnífico verles juntos, relajados, con sus carreras colmadas pero ilusionados por seguir ofreciéndonos su fútbol. Para mí fue lo mejor del acto.

Respecto a Van Dijk, es un jugadorazo. Lo sacó el Liverpool del Southampton por 85 millones en enero de 2017 y aquella venta sorprendió. Nunca se había pagado tanto por un central. Tampoco ninguno había ganado este premio. Di Stéfano decía que es más difícil hacer una silla que romper una silla como forma de expresar que valoraba más el trabajo de los delanteros que el de los defensas. Pero cualquier experto al que le he planteado el dilema de quién ganaría un hipotético partido entre defensas y delanteros me ha contestado siempre que los defensas. Me gustaría ver algún día ese partido.

Por lo demás, el sorteo resultó paradójicamente más comprometido para el Barça, y eso que iba en el primer bombo. El Valencia, que iba en el tercero, pecha con el Chelsea y el Ajax, pero éste ha perdido a De Ligt y De Jong y no es el del año pasado. Completa el grupo el Lille. El Madrid sale muy bien, con ese PSG que vive en confusión crónica, más el Brujas y el Galatasaray completando un grupo de aspecto fácil. El Atlético vuelve a verse con la Juve, y se les unen el Leverkusen y el Lokomotiv, que no asustan. Al Barça le cayeron los huesos del segundo y tercer bombo, Borussia e Inter en el grupo que salió más fuerte, Slavia aparte. Pero tiene a Messi.