“El tren solo pasa una vez”. La frase hecha del que busca una excusa para su fracaso no puede ser más incorrecta. Los trenes pasan muchas veces, tan solo hace falta acudir a una estación a comprobarlo. Qué poco valoramos a quién trabaja de manera constante con la esperanza de que llegue el suyo sin que ello le asegure reunir las condiciones para tomarlo.

En el filial del Espanyol, Víctor Gómez está en ese punto. Espera al tren trabajando alejado del gran foco mediático del primer equipo. Igual que hizo David Gallego hasta que le llegó el turno.

La llegada en forma de cesión de Corchia es un nuevo aviso. El tren parece que llegará a pasar, por tanto, Gallego le exigirá que lo deje todo preparado. Victor ya fue, junto a Pol Lozano, la gran apuesta del técnico en su etapa en el B. Le hizo debutar con 16 años y aún siendo juvenil, se convirtió en indispensable.

El canterano se ha ganado ser una apuesta firme del club y ya es subcampeón del mundo sub-17 y doble campeón europeo (sub-17 y sub-19). El pasado curso renovó hasta 2025 y, según su contrato, esta temporada será la última en la que tendrá que esperar el paso del tren en la estación del filial. En su mano está tener todo listo. Mientras tanto, con Javi López y el recién llegado Corchia, el vagón parece estar completo.