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El Real Madrid llega con dudas al inicio de LaLiga

Se esperaba un verano intenso en las oficinas del Bernabéu. Un período donde se iba a producir una renovación de buena parte de la plantilla para poder dar paso a un nuevo ciclo. Tal renovación no se ha producido. Si a estas horas nos imaginamos un once titular del Madrid en un partido importante con todos sus integrantes sanos, únicamente Hazard entraría como nuevo ingrediente (algo que no ocurrirá hoy por su lesión). En la pretemporada, el equipo ha mostrado gran fragilidad defensiva: ha recibido un número de goles y ocasiones claras en contra. También ha costado mover el balón con fluidez. Hemos visto a Eden y a Karim desconectados del resto del compañeros durante muchos minutos, encargados de gestionarse sus jugadas de ataque prácticamente en solitario o entre ellos dos. Tampoco han funcionado las bandas, exceptuando algunos destellos de Marcelo. Zidane ha probado con diferentes estructuras intentando buscar soluciones a todo esto. Las opciones con las que el Madrid se puede presentar ante el Celta son las siguientes:

1-4-3-3. El sistema más utilizado en los últimos tiempos y con el que Zidane tuvo gran éxito. Las virtudes: los futbolistas están familiarizados. Tienes dos futbolistas en cada banda, lo que puede favorecer el hecho de conquistar la profundidad y la amplitud que le ha faltado al equipo. La única duda, además de la baja de Carvajal, es la banda derecha del ataque. La debilidad en este sistema está en banda izquierda en fase defensiva. Marcelo tiene que aprovechar sus virtudes y liberarse para atacar. Kroos y Casemiro se tendrían que multiplicar en vigilancias y coberturas.

1-4-4-2. El sistema que a priori ocupa de manera más racional los espacios. Veo improbable que el Madrid lo utilice de inicio porque los cuatro futbolistas de la línea media en esta estructura tienen que hacer un gran desgaste y funcionar juntos casi como una orquesta. Uno de los dos de banda deben tener prácticamente el perfil de un volante para tener al equipo equilibrado. Se podría usar con Vinicius y Benzema en punta, tirando a Modric a una banda y Lucas Vázquez, por ejemplo, en la otra.

1-3-5-2. Es en lo que ha insistido Zidane en los últimos partidos buscando equilibrar al equipo e intentando parar la sangría de ocasiones en contra. Esta estructura me gusta mucho, pero requiere de mucho trabajo para ajustar en fase defensiva ya que, por ejemplo si el Celta utiliza un 1-4-4-2, tienes que resolver el desajuste y la inferioridad numérica en banda, entre un sinfín de cosas más. Aquí emerge la figura del mediapunta, donde Isco o James podrían aparecer en su puesto, a Marcelo, que está totalmente liberado, pero perjudica a Carvajal, al que hemos visto incómodo jugando con tanta altura en el campo. También han faltado ayudas de los centrocampistas y los puntas a los carrileros para no dejarlos tan solos en las bandas en fase ofensiva.