Paul Pogba, mejor que el Plan B

Hubo una época no tan lejana en la que el Madrid acostumbraba a obsesionarse con sus verdugos, sobre todo en Europa, y terminaba fichándolos. Ya saben aquello de que si no puedes con tu enemigo, únete a él. Lo hizo en el baloncesto con el añorado Drazen Petrovic (aquella exhibición en la final de Atenas con 62 puntos jamás la olvidaremos) y lo hizo en fútbol quitándole al Barça sucesivamente a Schuster, Laudrup y Figo, aparte de los intentos fallidos por traerse a Keegan y aquellos demonios del Milán de Sacchi que nos amargaron varias noches continentales. Mendoza intentó en vano traerse a Maldini, Gullit y Van Basten.

Digo todo esto porque con Van de Beek tengo la sensación de que existe un punto de fascinación por las dos exhibiciones futbolísticas que nos ofreció el Ajax en esa eliminatoria de infausto recuerdo y parece como si el Madrid estuviese obligado a rescatar parte del tesoro conquistado por los holandeses para liberar nuestra castigada conciencia. Van de Beek es un buen mediapunta y lució ante el Madrid de Solari, pero tampoco me pareció un futbolista por el que hubiera que cruzar un puente en mal estado con tal de no perderse sus actuaciones. De ese Ajax me quedó más con el liderazgo atrás de De Ligt, el control del juego de De Jong y la peligrosidad arriba de Tadic y Ziyech, que fueron dos cuchillos. Por lo tanto, como Plan B me parece de low-cost. Lo mejor es esmerarse en cerrar el Plan A, que no tiene que pasar ninguna prueba ni ningún concurso de meritorios. Pogba es el fichaje que desde el primer día pidió Zidane y viendo las carencias del centro del campo apetece mucho ver por el césped del Bernabéu al francés. Yo me quedo con Paul Pogba.