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Que no sea flor de un día

Lyon

El Mundial de Francia echó el telón con más luces que sombras. Un campeonato espectacular que ha rotó récords de televidentes y su repercusión mediática no ha tenido precedentes en el fútbol femenino. La gente quería saber qué pasaba en el Mundial y eso ha sido el gran triunfo de este evento. El fútbol femenino es, sin duda, el que más ha ganado. Sin embargo, ahora no puede caer en el olvido, como tantas otra veces. El Mundial ha ocupado portadas en todo el mundo, pero no podemos esperar otros cuatro años para que vuelva a pasar. ¡Qué no sea flor de un día!

Los medios han apostado por este deporte, no nuevo, porque son ya muchos años los que se ha luchado porque el fútbol no fuera ni femenino ni masculino, sólo fútbol. Y, al fin, parece que el espectador cuando ve un partido de mujeres ve eso, sólo fútbol. La calidad ha crecido, la profesionalización también y, sobre todo, el trato, parecido al del masculino, pero no igual.

Hay varias sombras entre tantas luces. La primera sombra y principal el hecho de que dos campeonatos más se jugaran al mismo tiempo y que las tres finales coincidieran en día, al inimaginable en un Mundial masculino. FIFA tendría que haber impulsado este Mundial para que sólo se hablase de él y no permitir que ni al Copa Oro ni la Copa América jugasen sus finales el día que el fútbol femenino tenía que tener todos los focos. Los pocos llenos en los estadios, a pesar de los precios de las entradas, y la brecha que aún hay entre los equipos es otro de los peros. Están muy lejos aún Estados Unidos y Europa del resto, salvo quizá Japón, puede que China y a ratos Australia.

El fútbol femenino está el pleno crecimiento y los avances en los últimos años son a pasos de gigantes. Pero ese gran empujón que ha sido el Mundial no puede quedar ahí. Hay que recordar que aunque hubo casi 60 mil espectadores en el Wanda, la media de la Liga Iberdrola no llega a mil por estadio. Sí, se crece, pero hay que seguir con los pies en el suelo para que este Mundial y todo lo que ha conllevado no sea flor de un día...