Pogba sigue trazando con firmeza la hoja de ruta diseñada con su agente, Mino Raiola, para poder venir al Real Madrid. En el fútbol mercantilizado de hoy el jugador tiene casi siempre la última palabra. Por mucho que los clubes crean tener atados a los futbolistas por un contrato, la voluntad de los jugadores resulta determinante a la hora de decidir su futuro. Pogba tiene en su cabeza y en su corazón el mismo doble objetivo: jugar en el Madrid y entrenar a las órdenes de su ídolo, Zinedine Zidane. Sabe que si fracasa en el intento le espera una afición de uñas en Old Trafford y un proyecto deportivo condenado al fracaso, dado que el United la próxima temporada no jugará siquiera la Champions...

Entiendo las reticencias que algunos madridistas me trasmiten sobre la idoneidad de su fichaje. Lo ven muy caro y esa imagen un tanto frívola y rebelde tampoco le ayuda. Sin embargo, a mí me parece una apuesta excelente. El Pogba que ganó el Mundial con Francia es un centrocampista pletórico. Tiene presencia, carisma, personalidad y gol. Al Madrid de Zidane le falta un centrocampista con llegada y Paul va sobrado en la materia (metió 16 goles con los red devils el curso pasado). La motivación lo es todo en la vida y si Pogba aterriza en el Santiago Bernabéu veremos seguramente su mejor versión. Pogba ya ha dado el paso clave haciendo pública su intención de abandonar Inglaterra. Adelante.