Fabián, el estadio Friuli en el destino
El estadio Friuli difícilmente saldrá del corazón de Fabián Ruiz. El exbético, además de coronarse campeón de Europa Sub-21 y mejor jugador del torneo con todo merecimiento (y con un golazo), en aquel campo el pasado 20 de octubre marco otra diana, una preciosa rosca con el derecho, que no es su pie. Fue su primer tanto italiano y a partir de ahí nadie más en el Bel Paese dudó de su inmenso talento, que desde aquel instante se desató definitivamente.
Ancelotti, que le convenció personalmente para que llegara y le dio cada vez más protagonismo, lo ha probado en todas las posiciones del mediocampo y siempre se destacó. Sabe hacerlo todo: defiende, ataca, maneja el balón, marca goles… Además, lo hace con una humildad y una profesionalidad que conquistaron enseguida a compañeros, cuerpo técnico, tifosi y prensa napolitana.
Esta Eurocopa confirma todo lo que los azzurri (y los béticos) ya sabían: el crecimiento de Fabián no tiene límites. Por eso, hace un año, el Nápoles no quiso ponerle una cláusula de rescisión y De Laurentiis, en estas horas, estará agradeciendo aquella decisión. Los 30 millones que desembolsó para llevárselo bajo el Vesubio parecen un chiste viendo el jugador que es ahora.
La temporada bajo las órdenes de Carletto le dio más confianza y todavía más disciplina táctica: en las últimas semanas el Real Madrid ha preguntado sobre su situación, pero el club italiano no piensa renunciar a su calidad para el próximo curso, aunque lo más probable es que a partir de mañana le lluevan ofertas. Los partenopei celebraron esta noche con él su gran partido y le esperan en un par de semanas para comenzar un año ilusionante. A saber la que podría liar junto con James…