Las tareas del verano blanquiazul
Estamos a punto de dar la bienvenida al verano. La época del año por excelencia del disfrute y del mamoneo en edad temprana. Tres meses de vida asalvajada al sol. Es, sin duda, el tramo de año en época infantil más recordado en la edad adulta. No hay adulto sin un verano al que añora. Al niño en verano se le permitía hacer de todo salvo darse un chapuzón sin la digestión o la tarea hecha. Un verano sin la compañía de un libro (sintonía del anuncio incluida) de Vacaciones Santillana no era un verano.
Uno de esos acompañantes forzosos en forma de libro eran las matemáticas. Esas a las que acude hoy el españolismo en la búsqueda del entendimiento de la hoja de ruta de la directiva en este mercado. El club parece inamovible en uno de los principios de la contabilidad, el principio de prudencia, que exige cautela, entre otras cosas, en la asunción de riesgos económicos. El aficionado saca la calculadora para entender a qué opta el equipo con la suma entre lo que se puede gastar y lo que puede ser ingresado, intentando despejar las incógnitas de la ecuación más difícil de resolver: renovaciones, negociaciones de traspaso o ‘clausulazos’.
Ese sistema de ecuaciones lleno de incógnitas que componen Mario Hermoso, Borja Iglesias y Marc Roca tiene las calculadoras echando humo, esperando que tras su resolución, podamos avanzar al siguiente enunciado: los fichajes...