Cómo debe fichar el Atlético para acertar este verano

Este mercado estival es, con diferencia, el más importante desde que Simeone entrena al Atlético de Madrid. El paso del tiempo ha hecho su lógica criba en lo que fue el núcleo duro del vestuario rojiblanco. Dejando a un lado las particularidades de cada caso, que incluyen decisiones controvertidas respecto a algunos jugadores emblemáticos, la realidad es que estamos ante una regeneración obligatoria y urgente de la plantilla atlética.

En los despachos del Metropolitano son muy conscientes, me consta, de lo crucial que es acertar con las incorporaciones, con los que deben seguir y con el diseño definitivo del vestuario. En la dirección deportiva cobran por ello, pero además el papel decisorio del Cholo, en un proyecto tan marcado por su personalidad, también tendrá mucho peso a la hora de repartir futuras culpas o halagos según la competición nos confirme si fallaron o acertaron.

La marcha de Griezmann libera la partida disponible para salarios. Con el desorbitado sueldo que se dejará de pagar al francés se puede pagar media docena de jugadores de calidad media alta. O tres de estos y una figura de talla internacional. Este verano, la contratación de las futuras estrellas no es lo que debe preocupar principalmente. Será, por supuesto, lo que llenará las portadas y las conversaciones colchoneras en playas y piscinas, pero lo realmente importante es acertar en los cimientos de la plantilla. Esas incorporaciones que den forma a la renovada personalidad del colectivo, aquella en donde se asentará la confianza de las estrellas recién llegadas y donde crecerán protegidas las perlas de la cantera, como ocurrió con Lucas o Thomas, sin ir más lejos.

Koke, Saúl o Giménez deben dar un salto (y sin red) para intentar cubrir el inmenso hueco en el liderazgo que deja Godín. Todavía es alargada la sombra de Gabi en este aspecto, y la marcha de Juanfran ahonda en esta pérdida de referentes. La posibilidad de que Filipe Luis renueve sería una buena noticia principalmente para este refuerzo de la identidad del grupo.

Leo los nombres con que se especula sobre posibles llegadas y no sé si se está yendo por el camino conveniente. Hay que recordar que no es necesario tirar de talonario para acertar con todos los fichajes. Se deben encontrar jugadores en los que se intuyan una gran adaptación y progresión en el método, tan peculiar, de Simeone. El argentino convirtió en jugadores de primera élite a muchos de los que se encontró al llegar en las navidades de 2011 y a otros fichajes posteriores que fueron desembolsos muy asequibles para las cuentas rojiblancas. Godín, Juanfran, Filipe, Gabi, Costa, Giménez, Oblak, Correa, Rodri o el propio Griezmann son el ejemplo a seguir. Aparte de fichar uno o dos jugadores contrastados y caros tipo Cavani, las arcas del Atlético no pueden competir con los grandes clubes europeos para tener muchos fichajes de perfil tan alto.

Tampoco es muy seguro a corto y medio plazo la contratación de extranjeros venidos de otras ligas. Aportan una incertidumbre sobre adaptación y compromiso que, en una temporada tan peculiar como la que viene, con tantas caras nuevas obligadas a congeniar, aconseja no abusar de este tipo de fichajes. Hay que evitar actitudes egoístas como las de Carrasco, por ejemplo, que terminan restando por mucha calidad que tenga el jugador.

Por todo ello, opino que, para el grueso de refuerzos en todas las líneas, el Atleti debería optar por la misma filosofía que siempre ha tenido a la hora de contratar al portero menos habitual. Aranzubia, Moyá o Adán llegaron como jugadores de cierta veteranía, grandes conocedores de LaLiga, capaces de aportar liderazgo al grupo y competitividad diaria en cada entrenamiento. Como la mayoría de los fichajes citados antes, ellos también llegaron sabiendo perfectamente lo que significa el Atlético de Madrid. Estos detalles son determinantes a la hora de adaptarse y sumar desde el primer momento.

Además, esta política conecta con la tradición histórica del club. No es cuestión de lanzar nombres aquí, pero yo veo jugadores de referencia en clubes como Celta, Levante, Alavés, Betis, Espanyol o Athletic que responden al perfil que he explicado. Algunos ya en la treintena, incluso, pero con dos o tres años como mínimo todavía por delante para rendir a gran nivel y aprovechar la oportunidad de sus vidas. Tiempo donde serían muy relevantes en la transición y madurez de una nueva vieja guardia que dure tanto como la que acaba de ser desintegrada.

Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este artículo con las pupilas.