Reyes: nunca fue lo que decía el 'místeh'
José Antonio Reyes se marcha antes de tiempo, como todo lo que hizo en su genial vida de futbolista. Una zurda prodigio y también pionera.

Niño prodigio de zurda electrizante, todo le ha ocurrido a José Antonio Reyes antes de lo normal. Sólo 16 años tardó, el más precoz aún en la historia del Sevilla, en debutar con el primer equipo blanquirrojo. Con apenas 20 se convertía en pionero entre los grandes traspasos españoles a la Premier, 30 millones pagó por él en 2004 el Arsenal de Wenger.
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No duró tres años en Inglaterra. Harto de la lluvia y del 'fish and chips' volvió a la península corriendo para darle (literalmente: dos goles suyos valieron el título) una Liga al Real Madrid; para enamorar al Manzanares, para 'falar portuñol' con el Benfica... Para regresar a Nervión y levantar otras tres UEFAS (dos tenía ya el Sevilla; dos había ganado él con el Atlético) que consolidaron su leyenda. Y todo eso antes de comenzar a rodar como futbolista a punto de jubilarse por Cornellá, por la Segunda División y hasta por China. También con una edad relativamente corta, apenas rebasada la treintena. Siempre diferente, siempre al estilo José Antonio Reyes.
"Lo que diga el 'místeh", con acento utrerano, respondía cuando le preguntaban por los entrenadores que intentaron domar la rebeldía de su fútbol enmarañado, tantas veces mágico pero a menudo trivial. No: nunca fue lo que decía el 'místeh', y en realidad lo agradecemos. El mago de Utrera se alejó de la normalidad sin pretensiones, vivió de natural a años luz de lo ordinario. No fue un cualquiera Reyes, al que hasta los eternos rivales del Villamarín ovacionaron durante el concierto que Alejandro Sanz dio dentro del coliseo verdiblanco el sábado, en una noche melancólica de la ciudad menos melancólica, Sevilla. Y con ese homenaje sonoro, improvisado, se nos va otro genio como los genios se suelen marchar: Viviendo Deprisa, muriendo tan pronto.



