Rubi no era del barrio, déjenle irse
Criarse en un determinado barrio te hace ser de él para toda la vida. Quedas identificado para siempre con lo que para uno es lo único auténtico de veras: su barrio. Eres de ese barrio que te vio crecer, de la plaza donde te prohibieron jugar por primera vez, de la calle que convertiste en tu campo de fútbol. Pero también eres del barrio que te supo acoger. Uno nace de un barrio o se hace en él.
Rubi ha decidido dejar el nuestro. Hay que aprender a dejar ir a quien supo hacerte feliz. El compromiso de Rubi no hay quien pueda dudárselo pero se va dejando en el ambiente una extraña sensación de su paso por Cornellà. Siempre pareció andar como si la causa no fuera del todo suya, como el que pasea por el barrio donde está de alquiler, con esa impresión de que éste no era su barrio pese a sentirse cómodo en él.
Estemos tranquilos. Nuestro barrio es tan especial que ni la marcha de Rubi perturbará la alharaca generada por la clasificación europea. En este barrio estamos acostumbrados a reinventarnos, ya veremos a qué nuevo vecino acogeremos de brazos abiertos. Mientras tanto, disfrutemos del momento. Pochettino se juega pasar a la historia, aunque para él, “ganar la Champions no estará por encima de haber salvado del descenso al Espanyol”.