Que importante es que, en este Atleti del cambio, queden sus cimientos. Porque Grizi se fue y peor que su baja son las de Godín y Juanfran. Y puede venir Felipe, pueden venir Hermoso y Semedo, pero qué importante es que, en esa defensa que va a formarse, se mantenga Filipe. Por sus años, por su experiencia, por la frase de Torres. Que quiere quedarse y no sólo eso: asumiendo otro rol a sus 33 años. Un lujo. Porque nadie como Filipe puede hablarse a los nuevos del hambre. Sí, Koke también, pero era un niño entonces. Filipe ya un hombre. Y uno de los pilares del símbolo del Atleti del Cholo. Su defensa. Sin Godín, sin Juanfran, sólo Filipe sabe cómo poner los ladrillos de ese muro, nadie como él para explicárselo a los nuevos. Y otra cosa: con una entrega que nada sabe de años.

La intensidad siempre lleva su nombre en los entrenamientos. No son ensayos, son fútbol, y los juega como si fueran finales de Champions. Quien lo ha visto lo sabe, resulta hipnótico. Se rompió dos veces la pierna y por dos veces volvió. Si no estuviera para el fútbol Tite no lo hubiese incluido en una Copa América en la que no está Vinicius. Pero su nombre sí. Filipe. Cholo, que siga. Por favor, que lo haga, podrá ser suplente y, sin embargo, qué importante.