40 años de Basilea: un respeto para los 'LevantaRecopas'
Una birria de curso. Ahora que el Barça suma Ligas con superioridad insultante y que las temporadas se plantean descontando títulos, porque todo lo que no sea arrasar por tierra, mar y aire parece poca cosa, dejen que hoy, que se cumplen 40 años de la final de Basilea, rompa una lanza a favor de una generación de barcelonistas que tienen grabada la temporada 78-79, que juzgada con los parámetros actuales de exigencia fue una birria, pero para muchos fue la mejor que habían visto. El Barça acabó quinto en la Liga por detrás del Madrid, el Sporting, el Atlético y la Real Sociedad. A medio curso se cesó a Müller como entrenador para dejar el equipo en manos de Quimet Rifé. En la Copa, la cosa fue peor aún. En octavos de final el Barça cayó eliminado a manos del Valencia a pesar de haber ganado la ida por 4-1. En la vuelta, 4-0. Esas cosas ya pasaban hace 40 años. Por no ganar, ni se ganó el Gamper, en el que el Rapid de Viena, equipo invitado por el fichaje de Krankl, derrotó a los culés en las semifinales. A los que vivieron esa época, en Barcelona se les conoce despectivamente como 'LevantaRecopas' por parte de una generación que sólo ha vivido en la abundancia.
Y llegó la Recopa. El Barça se aferró a la Recopa en base a la remontada contra el Anderlecht en octavos de final. El equipo blaugrana había caído por 3-0 en Bruselas en un partido que la prensa definió como "una guerra", calificativo que el lenguaraz entrenador belga, Raymond Goethals asumió de cara a la vuelta diciendo que "si quieren guerra, la tendrán, el Barcelona es un equipo deplorable". La remontada en la vuelta fue la noche del gol del Torito Zuviría en el 86' que forzó la prórroga y la tanda de penaltis que elevó a los altares a 'San Artola'.
El accidente de Ingrid. Tras eliminar luego al Ipswich de Robson y al Beveren que tenía un portero que apuntaba maneras llamado Jean Marie Pfaff, la final contra el Fortuna de Düsseldorf era el acontecimiento del año. Krankl era la gran baza blaugrana, pero diez días antes de la final, a la salida de un Barça-Espanyol, su mujer Ingrid tuvo un gravísimo accidente de coche y fue ingresada en la UCI de la Clínica Corachán donde se formó una cola de madrugada para donar sangre. Hansi marcó el cuarto de esa agónica final en la prórroga ante 30.000 culés desplazados a Suiza. El retorno fue triunfal. Tarradellas dijo: "Tenemos la Recopa, falta el Estatut". Un respeto para los 'LevantaRecopas'. Ni que sea sólo hoy.