Griezmann y el efecto dominó con Neymar

Cinco años ha estado Griezmann en el Atlético, y desde el primero yéndose, como haciendo ver que le venía pequeño ese destino. Al fin se ha ido, y no creo que para el equipo sea malo. Deja 96 millones (más 24 para la Real) y libera su ficha, una enormidad. En la ilusión de ganar esta Champions que se cierra en el Metropolitano, el club estiró el brazo más que la manga y le pagó 23 millones netos para que no se fuera al Barça. Pero ese salto en la cláusula, de 200 el primer año a los 120 de ahora, ya hablaba de cierta idea de transitoriedad. Se va un gran jugador, con carácter de figura de las que dan relevancia comercial al club, pero que para el Atlético era un lujo que no compensaba.

Ahora queda Morata, que va muy bien, Diego Costa, del que se espera que mejore, y la esperanza puesta en que Lemar confirme lo que apuntaba. A ellos se sumará otro delantero, pero más con la idea de que estalle aquí que una figura ya consagrada. Ha sido importante salvar a Oblak, cuya salida pienso que hubiera sido de peor efecto deportivo (no así comercial) que la del propio Griezmann. Otra cosa es que se vaya a la vez que Godín y Juanfran, a los que el tiempo ha ido alcanzando, y poco después de la salida de Lucas, esa sí dolorosa, porque formaba parte del relevo calculado y era canterano. Pero el Atleti ha liberado dinero para reestructurarse atrás.

Griezmann dijo en el Atlético que duda entre dos destinos. Obviamente, son el Barça y el PSG. Al Barça con Messi o al PSG para hacer pareja de franceses con Mbappé, y quitarle al club ese marchamo de Legión Extranjera bajo capital qatarí que arrastra en Francia. La primera opción la dimos por hecha hace un año y de pronto se esfumó. La segunda permite al Madrid soñar con que suelten a Neymar, sueño con el que Florentino ha seguido coqueteando estos años. Ya ven, ahora mismo los dos gigantes de nuestro fútbol están suspirando por conocer la decisión de Griezmann, y el tercero en discordia, el Atleti, comienza a reorganizarse con el dinero que coge más el que libera.