Venimos de una semana en la que hemos recordado dos máximas del fútbol: que todo es posible en este maravilloso deporte y que siempre lo es aún más si tienes el apropiado telón de fondo. Si Anfield se encargó de llevar en volandas a un equipo mermado y al que hasta su entrenador daba por muerto hasta la remontada contra uno de los mejores equipos del planeta, qué no podrá hacer Mestalla con este Valencia. Lo dije nada más finalizar el partido disputado en el Emirates y me reafirmo una semana después. Este equipo puede llegar a la gran final de Bakú. Y puede hacerlo porque, aunque es cierto que a algunos de sus jugadores les falta experiencia en las grandes citas continentales, también lo es que tiene todos los elementos necesarios para poder reflejar un 2-0 en el marcador final.

Eso sí, si le das la oportunidad a los gunners, si fallas en mantener el convencimiento de que eres capaz de ganarles, los ingleses te aplastarán. Tienen dos balas arriba llamadas Aubameyang y Lacazette de las que ya quedó constancia en la ida, pero, en esta ocasión, los che tendrán a 55.000 gargantas para recordarles que este año sí que es posible. Tanto Emery como Marcelino podrían quedarse a las puertas de hacer algo muy grande esta temporada, y, aunque ambos lo merecen, sólo puede conseguirlo uno de los dos. El técnico vasco le ganó la partida en el encuentro de ida, dando incluso la sensación en rueda de prensa de querer disculpar los errores de su compañero y amigo, pero el entrenador del Valencia debe demostrar esta noche que puede hacer de Mestalla un factor diferencial en la eliminatoria.