Ganar o perder con hermosura

Cuando la opción es ganar de manera hermosa o fracasar de manera hermosa, como ha dicho Jurgen Klopp, es que se han hecho suficientes cosas y suficientemente bien para permitirte el lujo romántico de hablar de fútbol sin obsesionarse con el resultado y la dictadura que a menudo oprime al juego. El Liverpool tiene historia y éxitos, pero también están necesitados de más. Sin embargo el discurso de Klopp va más allá del fútbol, más allá de las semifinales de la Champions. Y sus palabras las firmarían, digamos, Johan Cruyff y también Jorge Bucay, que enmarcó en una frase en qué consiste esto de vivir: "El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido".

El fútbol entendido como aventura es más placentero que si se vive como un trabajo, como una obligación, como una exigencia. Por otro lado, contra más cerca esté el planteamiento del entrenador del sentido lúdico del niño que los jugadores llevan dentro, contra más se parezca al fútbol que practicaban de críos y que les hizo futbolistas, más le sacarán a estos. Klopp les está pidiendo un esfuerzo más y valentía, con el riesgo de que esta temporada (histórica, memorable, mejor que la anterior) acabe sin la recompensa de un título. Pero -les anuncia- el éxito (mientras se salga al campo con valentía y se lancen a la yugular del Barcelona como hicieron en la ida) está asegurado. Jugará Shaqiri o Sturridge u Origi o Wijnaldum en lugar de Firmino o Salah, pero la idea será muy parecida a la ida: se arriesgará por defender muy arriba, se atacará sin miedo. Y lo demás, Dios dirá.