Un esqueleto vergonzoso a la sombra del Metropolitano

Madrid exhibe un “esqueleto vergonzoso” a la sombra del Wanda Metropolitano. Así describió Quim Pujol, nadador olímpico en Tokio 1964 y eminente arquitecto de instalaciones deportivas, el inacabado Centro Acuático de las candidaturas madrileñas que se quedó a media construcción después de una estéril inversión de 120 millones de euros. Ahora el Ayuntamiento no sabe qué hacer con aquellos alardes de grandeza. Y a Fernando Carpena, presidente de la Federación Española de Natación, se le ha ocurrido una idea en la que lleva meses trabajando, y que presentó este lunes a los medios de comunicación en un Foro en la Agencia Efe. Carpena, junto a Pujol, tiene un plan sostenible para salvar uno de los edificios y dedicarlo al fin que estaba originalmente asignado: los deportes acuáticos.

El mastodóntico proyecto es actualmente inviable, porque sería imposible dar utilidad a una instalación al aire libre para 17.000 personas. Pero al lado de esa mole hay un edificio secundario con dos piscinas, que en las candidaturas iba destinado a la sincro y al waterpolo, que tiene las dimensiones idóneas para acoger entre 2.000 y 4.500 espectadores, y que serviría tanto para albergar competiciones, como para atender a las necesidades de la ciudadanía. Su coste sería de unos 30 millones de euros y su mantenimiento de 4 millones anuales. Con unos 9.000 abonados, más o menos los mismos que hay en la Piscina Mundial 86, ya saldrían las cuentas. Al Ayuntamiento le ha gustado la iniciativa. Y si avanzara adelante, al menos el infructuoso sueño olímpico dejaría un legado deportivo para Madrid.