Se jugó en todo momento a lo que quiso el Rayo

Aspecto emocional. Zidane no estaba nada satisfecho con el partido disputado por su equipo en Vallecas y así lo manifestó en conferencia de Prensa. Seguramente porque en todo momento se jugó a lo que quiso el Rayo y el Real Madrid en ningún momento pudo ni supo igualar la motivación, la intensidad y la necesidad con la que afrontaban los locales el encuentro.

Anulado el juego interior. El Rayo Vallecano logró desconectar el juego interior del rombo propuesto por Zidane para el centro del campo, con Llorente como ancla, Kroos y Modric de volantes y Ceballos como enganche. Los de Jémez adelantaron su defensa hasta el círculo central, estando a su vez muy cerca de los centrocampistas; no dejaron nada de espacio para el pase por dentro, incluso persiguiendo de forma individual las posibles recepciones de Kroos o Modric, incitando a buscar la profundidad para atacar esos metros que había hasta Alberto. Esta profundidad fue buscada con pases verticales desde zonas alejadas, casi siempre desde la defensa, siendo estos más sencillos de defender para la zaga rayista, aunque con alguna galopada de Bale, Mariano o Carvajal llegó el poco peligro generado por los visitantes.

Amplitud. El rombo, en ataque, te ofrece grandes posibilidades para la asociación y para el pase, ya que tienes muchos jugadores cerca y con diferentes alturas, lo que suele provocar desajustes en el rival en pasillos interiores y, si logras dominar, luego puedes sorprender atacando la profundidad en los metros finales. El Madrid no encontró a los centrocampistas, por lo que tampoco pudo hacer partícipes a Marcelo o Carvajal en las jugadas de ataque y al no jugar con extremos, como suele, tampoco pudo darle amplitud a sus jugadas. El Rayo defendió cómodo durante los 90’.

Decisiones. El lado positivo de que Zidane accediera a venir con el curso casi finalizando, con nada en juego y exponiéndose a un posible desgaste ante los malos resultados, es que sus decisiones serán consecuencia de lo que ve en el día a día. Desde la distancia es más difícil valorar el estado real de forma y de implicación de los futbolistas que componen la plantilla. Veremos cómo de grande es esa renovación inminente.