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No vayan a verlas para batir récords

“Que no se quede en el boom de abrir el estadio una vez”. Con esta reivindicación, tras el sentido agradecimiento al club y a la afición, de la capitana Paloma Fernández, terminó la primera experiencia del equipo femenino del Espanyol en la que ahora, por fin, también pueden considerar como su casa: el RCDE Stadium. Al Femenino ya le han abierto las puertas del estadio. Sí, por supuesto que es un hecho que se debe reconocer todo lo que merece, pero ahora queda lo importante. Comienza el reto más grande al que se enfrenta la sección desde su fundación.

Una de las máximas del deporte confirma que el desafío es mayúsculo. Lo importante no es llegar, importa mantenerse. Importa que desde el club se den pasos hacia delante en este nuevo camino. Lo avanzó Roger Guasch, habrá más partidos en el estadio y una importante mejora salarial. Importa que la afición se acerque a la Ciudad Deportiva a ver al equipo, que arrope y que anime en el día a día. Todos los puntos en una liga valen igual, se jueguen en Cornellà o Sant Adrià. Importa que el equipo asuma su nuevo rol con la misma valentía con la que lleva respondiendo a todas las barreras que antes se le impusieron.

Importa, al fin y al cabo, que el fútbol femenino no se utilice para batir récords un día, moda a la que parecen estar sucumbiendo la mayoría de clubes. El fútbol femenino necesita medidas estructurales que lo hagan crecer el resto de días. De nada sirve completar con récords vacíos y flores de un día la hoja de servicios a la sección. A nadie le dura la alegría de un día de fiesta una vez pasada la resaca. Nadie queda saciado para un mes tras un gran banquete y la sección femenina del Espanyol ya ha demostrado tener mucha hambre.